Dinastía del Pensamiento

MUNDOS LITERARIOS


Mundos literarios
Cuando se habla de mundos literarios, hablamos de esos pequeños universos estructurados, múltiples y diversos de ideas, conceptos y representaciones de lo literario.
Podemos describir un viaje a Marte, o relatar una experiencia hacia el fondo del océano. También podemos contar una historia de nuestra familia actual o una de nuestros antepasados. En cualquier caso, todo lo que se escriba o narre en forma literaria será siempre ficticio, aunque esté basado en la realidad.
Se da en aquellos relatos que se apegan a la realidad representada (presente o pasada); es decir, la representación normal de cualquier persona en un tiempo y lugar determinados. Se hace una descripción objetiva y detallada de los objetos, paisajes, personajes, acontecimientos y acciones en donde se desenvuelven los personajes.
Son referencias que permiten crear, en el lector, la ilusión de una realidad creíble.
Un aspecto importante es que toda obra narrativa de mundo cotidiano se adapta a la cotidianeidad de la época en que se desarrolla; por lo tanto, aunque los hechos de una obra no se ajusten a lo observado en la actualidad no por eso dejan de ser cotidianos.
Veamos un ejemplo:
“Agazapado tras el frondoso follaje, el aborigen miraba con asombro aquel objeto que flotaba sobre el mar y que a cada instante se hacía más y más grande, en tanto, el Almirante rebozaba de gozo y de admiración al ver la belleza del paisaje que se abría y ampliaba ante sus ojos.”
Colón a bordo de su nave y un indígena ve que esta se acerca a la costa.
Esto es: Relato ficticio, pero descriptivo del mundo cotidiano de los personajes en el lugar y en el tiempo en que ocurre, el momento del Descubrimiento de América.

El mundo onírico o fantástico
   En este tipo de relatos se muestra el interior del hombre, sus problemas existenciales, la soledad, la angustia, la incomunicación con el fin de entender mejor la verdad de su existencia, la realidad y la irrealidad.
   Este mundo está asociado al mundo del sueño, donde se presenta un quiebre con lo que conocemos como realidad y causa sorpresa al lector, ya que se hace referencia a situaciones impensadas.
   Por lo general, se crea un mundo confuso, que genera una sensación de extrañeza en el lector ya que hay una ruptura de la lógica, del tiempo y del espacio y aunque requiere de lo real para manifestarse, siempre es solo fantasía.
   La literatura de terror, gótica y de misterio responden al tipo fantástico.
Veamos un ejemplo:
   “Alcanzó a cerrar otra vez los párpados, aunque ahora sabía que no iba a despertarse, que estaba despierto, que el sueño maravilloso había sido el otro, absurdo como todos los sueños; un sueño en el que había andado por extrañas avenidas de una ciudad asombrosa, con luces verdes y rojas que ardían sin llama ni humo, con un enorme insecto de metal que zumbaba bajo sus piernas. En la mentira infinita de ese sueño también lo habían alzado del suelo, también alguien se le había acercado con un cuchillo en la mano, a él tendido boca arriba, a él boca arriba con los ojos cerrados entre las hogueras.”
Párrafo final de “La noche boca arriba” , de Julio Cortázar .

El mundo mítico
Los mitos son relatos anónimos que nos remiten a un pasado remoto o al origen del mundo; se caracterizan por la presencia de dioses, semidioses, héroes, acontecimientos y personajes sobrenaturales. Surgieron como respuesta del ser humano para poder explicar hechos y fenómenos que en aquel entonces no tenían una explicación objetiva.

   No es un quiebre de la realidad, sino que es un mundo diferente, aislado, que posee leyes propias, válidas y específicas sólo para este tipo.
    Dentro de lo maravilloso se hallan los cuentos de hadas, las leyendas provenientes de la tradición oral de un pueblo y la fantasía de héroes, que mezclan magia y personajes “comunes y corrientes” que poseen cualidades sobrenaturales.
En este mundo no hay sorpresa, ya que se asume como “normal” que los personajes vuelen, hagan conjuros, se transformen en otros seres o se haga un paralelo entre la vida y la muerte.
Veamos un ejemplo:
    “Ya en aquel tiempo los que habían podido escapar de una muerte horrorosa estaban en sus hogares, salvos de los peligros de la guerra y del mar; y solamente Odiseo, que tan gran necesidad sentía de restituirse a su patria y ver a su consorte, hallábase detenido en hueca gruta por Calipso, la ninfa veneranda, la divina entre las deidades, que anhelaba tomarlo por esposo.
    “Con el transcurso de los años llegó por fin la época en que los dioses habían decretado que volviese a su patria, a Ítaca, aunque no por eso debía poner fin a sus trabajos, ni siquiera después de juntarse con los suyos. Y todos los dioses le compadecían, a excepción de Poseidón, que permaneció constantemente irritado contra el divinal Odiseo hasta que el héroe no arribó a su tierra.
    Párrafo de La Odisea reseñando la anuencia de los dioses para que por fin Odiseo regrese a su patria luego de varios años de peregrinación y aventuras posteriores a la guerra de Troya.

El mundo real o realista
   Es el mundo tal cual como es, como lo vivimos diariamente, con todas sus leyes y manifestaciones. Su finalidad es reflejar objetivamente los rasgos característicos de su época, los lugares, los tipos humanos, las causas y los efectos de un determinado hecho.
   Existe una cronología comprobable y espacios efectivos donde se desarrollan los diferentes hechos que nos rodean o que nosotros mismos experimentamos, hay una secuencia en el tiempo y en el espacio.
   Para ello el escritor utiliza el método de observación directa de la realidad referida. Mientras más exhaustivas son las descripciones, mayor credibilidad se logra en el lector.

   Este mundo representado debe corresponder dignamente al mundo que conocemos como “real”. Ejemplos de este tipo de literatura son la naturalista y la costumbrista.
   Algunas características son: narrador omnisciente, lenguaje adecuado a cada personaje, uso frecuente de diálogos, objetividad y uso de descripciones.
Veamos un ejemplo:
   “Pocos días después, en el Armería, al ir pasando el río, nos volvimos a encontrar con Petronilo Flores. Dimos marcha atrás, pero ya era tarde. Fue como si nos fusilaran. Pedro Zamora pasó por delante haciendo galopar aquel macho barcino y chaparrito que era el mejor animal que yo había conocido. Y detrás de él, nosotros, en manada, agachados sobre el pescuezo de los caballos. De todos modos, la matazón fue grande. No me di cuenta de pronto porque me hundí en el río debajo de mi caballo muerto, y la corriente nos arrastró a los dos, lejos, hasta un remanso bajito de agua y lleno de arena. Aquél fue el último agarre que tuvimos con las fuerzas de Petronilo Flores. Después ya no peleamos. Para decir mejor las cosas, ya teníamos algún tiempo sin pelear, sólo de andar huyendo el bulto; por eso resolvimos remontarnos los pocos que quedamos, echándonos al cerro para escondernos de la persecución. Y acabamos por ser unos grupitos tan ralos que ya nadie nos tenía miedo. Ya nadie corría gritando: "¡Allí vienen los de Zamora!" Había vuelto la paz al Llano Grande.”
De “El llano en llamas”, de Juan Rulfo.

 El mundo fantástico
   Se caracteriza por comenzar en un mundo realista-cotidiano, el cual se rompe debido a una fuerza sobrenatural inexplicable, en principio, por la lógica de nuestro mundo.
   Dicho acontecimiento sobrenatural se puede explicar en el transcurso del relato a través de dos formas: natural y sobrenatural.
   La primera de ellas resuelve el enigma dando razones lógicas y creíbles en nuestro mundo; mientras que la segunda, responde al mundo fantástico puro, en el cual no hay explicación alguna para resolver este hecho.
   De este mundo fantástico se desprenden otros “submundos” que darán origen a otros géneros como el de Ciencia ficción y el del Terror.
Veamos un ejemplo:
“Hasta la caída de la tarde no se despertó Gregorio de su profundo sueño, similar a una pérdida de conocimiento. Seguramente no se hubiese despertado mucho más tarde, aun sin ser molestado, porque se sentía suficientemente repuesto y descansado; sin embargo, le parecía como si le hubiesen despertado unos pasos fugaces y el ruido de la puerta que daba al vestíbulo al ser cerrada con cuidado. El resplandor de las farolas eléctricas de la calle se reflejaba pálidamente aquí y allí en el techo de la habitación y en las partes altas de los muebles, pero abajo, donde se encontraba Gregorio, estaba oscuro. Tanteando todavía torpemente con sus antenas, que ahora aprendía a valorar, se deslizó lentamente hacia la puerta para ver lo que había ocurrido allí. Su costado izquierdo parecía una única y larga cicatriz que le daba desagradables tirones y le obligaba realmente a cojear con sus dos filas de patas. Por cierto, una de las patitas había resultado gravemente herida durante los incidentes de la mañana –casi parecía un milagro que sólo una hubiese resultado herida–, y se arrastraba sin vida.”
De “La metamorfosis”, de Kafka. 

El mundo de ciencia ficción

    Este mundo aspira a ser tomado como verosímil y abarca a lo científico, ya que es un augurio o un anticipo a lo que la sociedad podría llegar a ser más adelante: un mundo avanzado en tecnología o en vías de destrucción.
   Temas propios de esta literatura son los descubrimientos y usos de objetos de última generación, viajes fuera del planeta, extraterrestres; historias de robots o personas con microchips en sus cuerpos, entre otros.

El mundo utópico

    Son las obras literarias que hacen referencia a un lugar inexistente, perfecto, un sitio imaginario irrealista, ideal y perfecto pero que puede ser posible. Se plantea un mundo mucho mejor al que conocemos como “real”. Generalmente, propone modelos sociales, nacionales, culturales.
Veamos un ejemplo:
“Nacer y morir ya no es lo mismo”.
“El Hospital de Moribundos, de Park Lane, era una torre de sesenta plantas, recubierto de azulejos color de prímula. Cuando el Salvaje se apeó del taxicóptero, un convoy de vehículos fúnebres aéreos, pintados de alegres colores, despegó de la azotea y voló en dirección a poniente, rumbo al Crematorio de Slough, cruzando el parque. Ante la puerta del ascensor, el portero principal le dio la información requerida, y John bajó a la sala 81 (la Sala de la senilidad galopante, como le explicó el portero), situada en el piso séptimo.
“Era una vasta sala pintada de amarillo y brillantemente iluminada por el sol, que contenía una veintena de camas, todas ellas ocupadas. Linda agonizaba en buena compañía; en buena compañía y con todos los adelantos modernos. El aire se hallaba constantemente agitado por alegres melodías sintéticas. A los pies de la cama, de cara a su moribundo ocupante, había un aparato de televisión. La televisión funcionaba, como un grifo abierto, desde la mañana a la noche. Cada cuarto de hora, por un procedimiento automático se variaba el perfume de la sala.”
Extracto de “Un mundo feliz”, de Aldous Huxley.

El mundo maravilloso

   Corresponde a un mundo ficticio en el cual todos los hechos están fuera de las leyes lógicas de nuestra realidad. Se caracteriza por la presencia de seres mágicos (hadas, duendes, brujas, ogros, dragones…), hechos ilógicos que son naturales o normales sólo dentro de ese mundo. Nada de lo que allí sucede se pretende explicar; se asume que es cierto.
   Este mundo aparece en los cuentos folclóricos y tradicionales.
   Como ejemplos, tenemos La Cenicienta, Blancanieves, Hansel y Gretel, “El señor de los anillos” de Tolkien, entre otros.
Veamos un ejemplo:
“Los Nazgül retornaron, y como ya el Señor Oscuro empezaba a medrar y a desplegar fuerza, las voces de los siervos, que sólo expresaban la voluntad y la malicia del amo tenebroso, se cargaron de maldad y de horror. Giraban sin cesar sobre la ciudad, como buitres que esperan su ración de carne de hombres condenados. Volaban fuera del alcance de la vista y de las armas, pero siempre estaban presentes, y sus voces siniestras desgarraban el aire. Y cada nuevo grito era más intolerable para los hombres. Hasta los más intrépidos terminaban arrojándose al suelo cuando la amenaza oculta volaba sobre ellos, o si permanecían de pie, las armas se les caían de las manos temblorosas, y la mente invadida por las tinieblas ya no pensaba en la guerra, sino tan sólo en esconderse, en arrastrarse, y morir.”
Párrafo de “El regreso del Rey” , de Tolkien

El mundo de lo real maravilloso

    Es aquel en el que se presenta una realidad objetiva detallada minuciosamente; un submundo del mundo maravilloso es expresión de la realidad americana.
    Se caracteriza porque el ser humano y su entorno están inmersos en un mundo en el cual se mezclan y entrelazan la fantasía, el misterio, la cotidianeidad, lo mítico en una realidad única; además no existe el sentimiento de la extrañeza. Todo lo narrado es posible, aun cuando las leyes lógicas son transgredidas. Esta visón de mundo incluye el inconsciente, el sueño y la alucinación, configurados como espacios originales.
     El milagro y lo racional coexisten; los mitos, las leyendas y los cuentos orales sirven de base a relatos que dan cuenta de aspectos no explorados por el arte hasta entonces.
    Existe una especie de dualidad entre el ser humano y la naturaleza, es decir se apoyan mutuamente para crear la trama.
Como dijimos, es propio de la cultura del continente americano, entre sus exponentes tenemos a Alejo Carpentier, “Viaje a la semilla”, y Gabriel García Márquez, “Cien años de soledad”.
Veamos un ejemplo:
"La ciencia ha eliminado las distancias", pregonaba Melquíades. “Dentro de poco, el hombre podrá ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra, sin moverse de su casa." Un mediodía ardiente hicieron una asombrosa demostración con la lupa gigantesca: pusieron un montón de hierba seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentración de los rayos solares. José Arcadio Buendía, que aún no acababa de consolarse por el fracaso de sus imanes, concibió la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra. Melquíades, otra vez, trató de disuadirlo. Pero terminó por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa. Úrsula lloró de consternación. Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre había acumulado en toda una vida de privaciones, y que ella había enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasión para invertirías. José Arcadio Buendía no trató siquiera de consolarla, entregado por entero a sus experimentos tácticos con la abnegación de un científico y aun a riesgo de su propia vida. Tratando de demostrar los efectos de la lupa en la tropa enemiga, se expuso él mismo a la concentración de los rayos solares y sufrió quemaduras que se convirtieron en úlceras y tardaron mucho tiempo en sanar. Ante las protestas de su mujer, alarmada por tan peligrosa inventiva, estuvo a punto de incendiar la casa. Pasaba largas horas en su cuarto, haciendo cálculos sobre las posibilidades estratégicas de su arma novedosa, hasta que logró componer un manual de una asombrosa claridad didáctica y un poder de convicción irresistible. Lo envió a las autoridades acompañado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de varios pliegos de dibujos explicativos, al cuidado de un mensajero que atravesó la sierra, y se extravió en pantanos desmesurados, remontó ríos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras, la desesperación y la peste, antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo. A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible, José Arcadio Buen día prometía intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno, con el fin de hacer demostraciones prácticas de su invento ante los poderes militares, y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar. Durante varios años esperó la respuesta. Por último, cansado de esperar, se lamentó ante Melquíades del fracaso de su iniciativa, y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez: le devolvió los doblones a cambio de la lupa, y le dejó además unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegación. De su puño y letra escribió una apretada síntesis de los estudios del monje Hermann, que dejó a su disposición para que pudiera servirse del astrolabio, la brújula y el sextante. José Arcadio Buendía pasó los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyó en el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos…”
Párrafo de “Cien años de soledad, de García Márquez.

El mundo legendario

   Este tipo de relato pertenece, en un principio, a la tradición oral y anónima de las leyendas. En algunos casos, se basa en hechos históricos; en otros, es originado de las explicaciones del saber popular sobre fenómenos en que se advierten rasgos fantásticos o maravillosos, por lo general, de raíz popular y folclórica. Cabe mencionar que, el protagonista puede ser un personaje originado en poemas épicos.
Veamos un ejemplo:
“El Caleuche es un buque que navega vagabundo por los mares de Chiloé y los canales del sur. Está tripulado por brujos poderosos y en las noches oscuras va profusamente iluminado. Durante sus travesías, a bordo se escucha música sin cesar.
   Si es necesario se oculta en medio de una densa neblina, que él mismo produce. Jamás navega a la luz del día.
   Si casualmente una persona, que no sea bruja se acerca, el Caleuche se transforma en un simple madero flotante, y si el individuo intenta apoderarse del madero, éste retrocede. Otras veces se convierte en una roca o en otro objeto cualquiera y se hace invisible.
    Sus tripulantes tienen la capacidad de transformarse en lobos marinos o en aves acuáticas. Se asegura, que los tripulantes tienen una sola pierna para andar y que la otra está doblada por la espalda, por lo tanto andan a saltos y brincos.
No hay que mirarlo, porque los tripulantes castigan al que lo hace, dejándoles la boca torcida, la cabeza hacia la espalda o matándole de repente gracias al elevado manejo que tienen de la brujería. El que quiera mirar al buque y no sufrir el castigo de la torcedura, debe tratar que los tripulantes no se den cuenta.
    Este buque navega cerca de la costa y cuando la tripulación se apodera de una persona, la llevan a visitar ciudades del fondo del mar y le descubren inmensos tesoros, invitándola a participar en ellos con la sola condición de no divulgar lo que han visto. El que no respete esta condicion será asesinado por los tripulantes del Caleuche en la primera ocasión que volvieran a encontrarse con él.
    Todos los que mueren ahogados son recogidos por el Caleuche, el cual tiene la facultad de hacer la navegación submarina y aparecer en el momento preciso en que se le necesita para recoger a los náufragos y guardarlos en su seno, que les sirve de mansión eterna.
    Cuando el Caleuche necesita reparar su casco o sus máquinas escoge de preferencia los barrancos y acantilados, y allí, a altas horas de la noche, procede al trabajo."
De las leyendas chilotas: “El caleuche”.

El mundo del absurdo

   Este tipo de literatura está fuera de los cánones de la racionalidad, ya que la conducta de los personajes no posee una causa lógica ni hay un sentido en sus acciones, llegando a pensar que existe locura en ellos o que no poseen una finalidad para vivir, independiente que las situaciones causen gracia en el lector.

EJEMPLO: MUNDO COTIDIANO

    De pronto, y cuando la charla de los dos amigos era más animada, resonó en el patio el rápido galope de un caballo, y un momento después un estrepitoso ruido de espuelas se aproximó a la puerta del comedor, apareciendo en el umbral la figura de
Joaquín, el viejo mayordomo, con el grueso poncho pendiente de los hombros y las enormes polainas de cuero que le cubrían las piernas hasta más arriba de las rodillas”.




Share:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

BUSCAR EN EL BLOG. dale por aquí

Datos personales

Mi foto
todos podemos ser mejor persona, crecer, comprender más, aportar más, vamos a esforzarnos, vamos a dar más.

DALE POR AQUÍ

ALGUNOS POST

PUBLICACIONES